
RESUMEN
Autor. Walter Riso; Libro. “Pensar bien, sentirse bien”; Parte 3.1: Ser más que tener: la austeridad interior; Bogotá – 2004; Ed. 20; Pág. 102, 103, 104, 105, 106, 107, 108 y 109.
En esta parte se reconoce el valor de las personas por lo
que son más no, por lo que tienen, a lo que Riso se refiere con un particular
concepto de las tres “P” descritas como 1. Poder, 2. Prestigio y 3. Posición,
pues dice que nuestra cultura las ha adoptado y gira alrededor de éstas, tendiendo
a ser más amables y receptivos con las personas que ostentan éstos conceptos o
simplemente alguno de ellos, es decir, que no tratamos igual al humilde que al
poderoso o al pobre que al rico.
Aún debemos comprender que “tener” es un valor y que
nuestro gran error es en ocasiones es elogiar más los bienes materiales, los
muebles o ropa de alguien que su inteligencia o bondad. Es un llamado a dar un trato
equitativo, respetuoso y amable, así como darle valor a lo que poseemos, sin
envidiar el patrimonio ajeno, el éxito de los demás y sin entrar en
comparaciones innecesarias.
Según Fromm, “el modo de SER se diferencia del modo del
TENER, en que el primero nos hace crecer porque está a favor de la vida y la
vivacidad, mientras que el segundo está al servicio del egocentrismo, del yo
acaparador, de la posesión y la codicia”.
Otro importante aporte referente al tema, lo hace el
Maestro Eckhart que nos dice que “la gente nunca debería pensar tanto en lo que
tiene que hacer; tendrían que meditar más bien sobre lo que son, cifrando su
empeño en ser buenos”. Cuando estamos en el modo del SER, no hay competencia y
llega a nosotros algo llamado “alegría existencial”, que es una forma de
satisfacción que se basta a sí misma y nos da la posibilidad de ser auténticos,
de aceptarnos tal como somos incondicionalmente haciendo contacto con la
singularidad que nos determina sin exaltar el ego.
Eckhart, también propone “vaciarse de todas las necesidades”,
referente no al tener en sí, sino del apego del hombre a lo que tiene, es un
llamado a hacer un auto análisis de la disposición que se tiene para renunciar a
lo que le pertenece en cualquier momento, entrando en un estado de reflexión en
donde el “tener” no se contradiga con el “ser”. Es tomar conciencia de no
aferrarse a nada y disfrutar de lo que se tiene, libremente:
“Un hombre pobre, es aquél que no quiere nada, no sabe nada
y no tiene nada”.
Leslie Beida Godoy Torres
RESUMEN
Autor. Walter Riso; Libro. “Pensar bien, sentirse
bien”; Parte III: ESQUEMAS SALUDABLES, reflexiones sobre el
arte del buen vivir; Bogotá – 2004; Ed. 20; Pág. 100, 101 y
102.
Como introducción general a éste capítulo se dice que el ser
humano posee facultades mentales limitadas razón por la cual no somos buenos
procesadores de la información. Sin embargo, también se reconoce la capacidad
de nuestra mente para hacer más eficaz este proceso y crear estilos de vida o
esquemas saludables que nos permiten superar o compensar algunas de las
restricciones de nuestro cerebro y evolucionar hacia una existencia más
tranquila y feliz.
Como medidas alternas nos propone que cada quien “configure”
su propia filosofía del buen vivir de manera consciente y explícita. Es decir,
pensarse a sí mismo en relación con su proyecto de vida, basándose en preguntas
básicas existenciales, éticas y motivacionales; mirando hacia atrás, hacia
nuestro pasado, rescatando los “saberes ancestrales” que están presentes en
cada uno de nosotros.
Uno de los más importantes saberes a los que hacemos
referencia, es “la disposición práctica”, definida como la capacidad de saber
elegir lo que es bueno para el hombre en general y lo que es bueno para uno, puesto
que en nosotros existe una exigencia de sentido y un anhelo por aquello
genuino, puro que nos permita ser verdaderamente libres.
Aquí el autor nos dice habla del hombre y su ansia de una
transformación interna y radical, que le permita conectarse con su propia
esencia, pues “en cada uno de nosotros descansa la historia de toda la
humanidad y, por lo tanto, el autoconocimiento es el camino principal”:
Krishnamurti. Por ello, en este parte Riso se refiere a los esquemas como creencias
y estilos de vida, motivacionales, protectores y generadores de “inmunidad
mental”, llevándonos a un encuentro entre la psicología y la filosofía con
teoría práctica para aplicar a nuestra vida cotidiana.
Leslie Beida Godoy Torres
RESUMEN
Autor.
Walter Riso; Libro. “Pensar bien,
sentirse bien”; Parte 2.6: ¿La parte
o el conjunto?: dos estilos de pensamiento inconcluso; Bogotá – 2004; Ed. 20; Pág. 91, 92, 93, 94, 95, 96, 97.
En ésta parte se analizan dos formas de pensamiento
denominadas así: 1) Racionalistas/detallistas y 2) Emocionales/ holísticos.
Descritos por Riso, como aquellos polos opuestos y extremos del pensamiento que
nos llevan a hacer conclusiones incompletas y erróneas que afectarán el
comportamiento y por ende las decisiones que tomemos.
Hablando específicamente de cada uno, encontramos que
existen grandes diferencias entre éstas formas pues el Racionalista/ detallista
son aquellas personas que se quedan en los detalles, es decir, tienen en cuenta
sólo una parte del todo sacrificando el conjunto y excluyendo la “experiencia
subjetiva: los sentimientos, el afecto y la emoción”. Se dice que ésta utiliza
una “visión en túnel” y la mente termina distorsionando la información,
provocando que la persona llegue a resultados parciales, fragmentados y
desproporcionados; Otra característica que puede encontrarse es la sobre
generalización, que como su nombre lo indica consiste en llegar a una conclusión
general haciendo que la anécdota o un caso particular, se convierta en criterio
para tomar decisiones.
También encontramos que éstas personas, suelen ser
extremadamente lógicas y carecen de inteligencia emocional. Es importante
destacar que “La emoción también debe ser considerada como un tipo de información
que el sistema requiere para funcionar adecuadamente” según cita Riso. La emoción
le da orientación y motivación al comportamiento, imprimiendo energía y ayudándonos
a comunicar. Esta racionalización es un mecanismo o estrategia de defensa, cuya
única función, es minimizar o evitar los estados emocionales. Recordemos que
Pensar Bien es integrar la emoción cuando se debe y en la proporción adecuada.

Por otra parte, están los Emocionales/ Holísticos siendo
una manera de procesar la información opuesta a la anterior en donde las
personas consideran solamente el conjunto y se descarta la parte, es decir,
sacrifican los detalles por la totalidad, se quedan en lo global y le creen más
a las emociones que a la lógica. La mente que utiliza este procesamiento
emocional o más conocido como “Pensamiento emocional” termina cometiendo
errores de todo tipo, pues el sentimentalismo descontrolado genera un
distanciamiento con la realidad, llegando a explicaciones fantásticas y
descabelladas sobre cualquier cosa o también puede darse el caso, de que el
individuo considere sus sentimientos o emociones como una evidencia de la
realidad. De ésta forma, los hechos objetivos se desconocen para dejarle lugar
al afecto: “Lo que siento se proyecta a mis creencias y juicios hasta distorsionarlos”.
Por lo tanto, podemos identificar un cambio extremo, una
irracionalidad que va de lo particular a lo general o de lo general a lo
particular; concluyendo que “Ni razón pura, ni emoción pura”, como Riso
enfatiza, mejor la integración pues no se puede comprender lo particular sin el
conjunto que lo contiene y no se puede
comprender el comprender el conjunto sin tener cuenta sus componentes.
Finalmente, la recomendación es no dejarse obsesionar por
la lógica, los detalles y los sentimientos; entendiendo que la razón y la emoción,
deben estar balanceados, asegurando un pensamiento equilibrado. Mente y corazón
combinados de la manera correcta, matizan nuestras decisiones y las hacen más
humanas y acordes a lo que realmente queremos y necesitamos.
Leslie Beida Godoy Torres
Interesante tema, sigue leyendo alimenta tu alma.
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